De ayer y de hoy. Un después que guarda mucho del antes y que no lo olvida, pero lo renueva. Un nuevo aire, limpieza y amplitud que desahogan unos espacios antes repletos y compartimentados.
Sin llegar a ser un pasar página por completo, este proyecto de reforma y decoración supuso un gran reto. Modernizar una serie de espacios manteniendo muchos de los antiguos y exquisitos muebles existentes y con un toque clásico.
Olvidamos los espacios compartimentados para dar vida, juego y luz al conjunto. Para ello, se unieron hall, comedor y salón en un único ambiente que recopilaba todo lo anterior, pero que hablaba ahora un mismo lenguaje.
Los muebles, necesitaban respirar y las estancias, desahogarse; por lo que dotamos a cada elemento del pertinente radio de cercanía.
Convertimos una única función en algo multifunción, donde se ampliaba la posibilidad de utilizar todo el entorno de una forma global.
Imponiendo su presencia en las zonas centrales, aparecen muebles de estilo clásico que se combinan con otros modernos realizados a medida y cuyo carácter rompe con la sobriedad de los anteriores, gracias a los materiales más livianos y ligeros.
El tránsito entre los recorridos y la zona noble se produce a través de una puerta de vidrio, oculta en la zona opaca del ahora hall-salón comedor; pero permitiendo siempre la separación entre los espacios.
El aire fresco llega también a la zona de la cocina, donde la pureza del blanco se combina con la calidez de la madera en algunos puntos. Estos, siempre señalados de forma singular, adquieren importancia al aparecer en los huecos abiertos que se posicionan en los frentes continuos de los muebles.