El proyecto consistía en el diseño de una nave industrial en la que se albergaría un laboratorio de biotecnología natural cuyas oficinas se conectarían por el interior con las zonas de fabricación. El programa debía cubrir todas las necesidades de la empresa. Desde el área de despachos hasta el ámbito de laboratorio, almacenaje y fabricación.
La primera de ellas, más noble, se posicionaría en el ángulo principal del conjunto, de manera que así ejerciera de centro predominante para todo lo demás.
Junto a ella y en todo el ala restante de la nave, aparecería el área de producción.
Los materiales empleados debían reflejar la sutileza y el cuidado de los productos que en ella se fabrican, por lo que el proyecto se caracterizaría por la uniformidad y coherencia desde la idea, hasta la puesta en marcha.
Por ello, se acudió a una imagen limpia, que sólo se vería contrastada por la inclusión de unos elementos a modo longitudinal que permitieran diferenciar las diferentes estancias dentro de la empresa.
Así, sus colores y geometrías también respetarían los condicionantes de cohesión desde el exterior hasta le interior.
Revestimientos continuos que dieran lugar a espacios amplios y de gran altura cuya conexión resultara visual y espacialmente clara pero sobretodo, cómoda.
Dispuesta en dos alturas, el margen de oficinas albergaría las oficinas de trabajo y sala de reuniones; todos ellos conectados a través del vestíbulo de entrada, al cual se dirigían las vistas de algunos de los despachos.
La escalera, vertebradora de la zona noble; se posicionaría como elemento central gracias a su construcción en hormigón y vidrio ejerciendo de chimenea y pulmón de unión entre ambas alturas.