Centro de Madrid, Plaza Mayor, encanto, sutileza y espacios reducidos. Esa era la definición previa a la actuación. Debíamos decorar el inmueble en tiempo récord y conservar todas las virtudes del mismo, potenciando aquellas que no lo fueran tanto a través de elementos que permitieran dotar de practicidad al conjunto.
Un espacio pequeño que debía albergar todo lo necesario para vivir. Para ello, dotamos a todas las estancias de piezas prácticas que destacaran por su diseño. No serían muchas, pero sí que, cada una de ellas tendría una personalidad diferente; creando un mix perfecto lleno de luz y vida.
Los colores nos ayudaron a ampliar visualmente los espacios, así como los papeles que colocamos en las dos paredes principales de dormitorio y salón. Estos consiguieron conformar espacios jóvenes y elegantes combinando muebles de estilo, en su mayoría, moderno.