Homogeneidad en tonos y texturas. Un fondo unicolor que caracterizaría cada una de las escenas, ejerciendo de telón de fondo para cada ambiente y dotando así de fuerza a todos los conjuntos.
El azul como dominante y eje generador.
Se trataba de plasmar la distinción entre materiales y texturas ante un mismo objetivo; para ello se realizó un trabajo de estilismo en el que todas las piezas se verían reflejadas a través de sus composiciones, frente al color de fondo.
Resultaba fundamental crear ambientes en los que el estilo de cada estancia consiguiera realzar cada pieza y su posición en el escenario en el que se encontraba. Así, se crearon sumatorios que permitieran al cliente imaginarse toda la combinación en su propio hogar.